Thursday, December 8, 2011

Agrotransgénicos, Intensivismo e Insostenibilidad.



Hoy quisiera hacer referencia a un artículo escrito por mi amigo José Luis Yela, zoólogo, ecólogo, profesor de Conservación Biológica y Control de Plagas y, a partir de hoy mismo, miembro de la ENSSER (red europea de científicos por la responsabilidad social y ambiental). 

Destaco una parte de su muy provechosa exposición sobre las ponencias que se ofrecieron durante las I Jornadas Científicas Internacionales sobre Transgénicos, que tuvieron lugar los pasados días 10 y 11 de noviembre de 2011, y a las que tuve la suerte de poder asistir. 

José Luis expone:

"Lo que sí es falso, y probablemente tendencioso, es afirmar que la agricultura es la actividad más devastadora para el medio. Lo es, claro que si, la agricultura intensiva, aquella que trata de maximizar el rendimiento agrícola, como postula Fenoll que debe hacerse (adviértase que no digo agricultura convencional, sino intensiva, porque la agricultura transgénica y biotecnológica de última generación es intensiva sin ser convencional). Es decir, aquella agricultura que no admite otra posibilidad que la de la maximización de la producción bajo el supuesto del crecimiento indefinido neomalthusiano. La tendencia que se defiende desde las posturas ecosocialistas, desde la práctica de la Biología de la Conservación y desde las de la Agrobiología es precisamente la contraria: la de la extensivización de las prácticas agropecuarias y el fomento de las pequeñas explotaciones, única vía capaz de invertir las dinámicas destructoras y expansivas actuales, capaz de mantener una agricultura sostenible -si es que el término puede usarse realmente- y de conservar unos niveles aceptables de biodiversidad, tanto natural como doméstica (es decir, de razas seleccionadas secularmente y adaptadas a condiciones locales variadas, que nada tienen que ver con las variedades producidas en laboratorio, y que por lo tanto no equivalen a éstas, como erróneamente aseveran muchos biotecnólogos).
Evidentemente, de seguir las tendencias demográficas actuales y la intensivización creciente de las prácticas agrícolas se cumplirán las premisas expuestas por Fenoll: aumentará la contaminación por agroquímicos, aumentarán las emisiones de CO2 y el calentamiento global y se reducirá la productividad agrícola. Eso está fuera de toda duda.
¿Y son acaso los cultivos biotecnológicos la solución? Pues no: más bien al contrario. Una cosa es que la biotecnología permita obtener hallazgos fundamentales en el laboratorio para el avance del conocimiento aplicado (en medicina, farmacia, etc.). Otra radicalmente diferente que la agrobiotecnología, o el uso en campo de variedades vegetales obtenidas mediante biotecnología, pueda ser la solución. Porque la única manera en que pueden usarse los vegetales biotecnológicamente generados es industrialmente, es decir, intensivamente. Que es como se están usando en la actualidad, con los impactos sociales y sobre el medio bien conocidos. Una utilización no intensiva de la agrobiotecnología es impensable; de hecho no está diseñada para ello, y solamente resulta rentable usada a gran escala. A pequeña escala, los productores locales obtienen mucho mayor rendimiento de las variedades locales no modificadas en laboratorio, adaptadas al lugar de origen y obviamente mucho más baratas (siempre y cuando el mercado de las semillas no esté en manos de unas pocas grandes empresas, no es necesario recordarlo, y siempre y cuando las tradiciones agrarias de las pequeñas comunidades locales sean respetadas y no se les intente solucionar el problema que se les causa una vez que se les ha tratado de exportar nuestro modelo de vida). Las plagas agroforestales, como está sobradamente documentado, afectan en la inmensa mayor parte de los casos a las plantaciones intensivas, de gran escala (los llamados monocultivos); en los cultivos a pequeña escala producen en general muy poco efecto, y son relativamente fáciles de controlar con los medios horticulturales tradicionales y con las modernas técnicas de control biológico o integrado. Lo mismo cabe decir para las mal llamadas “malas hierbas”, que solo representan un problema mayor en los cultivos de mediana y gran escala, no en los cultivos pequeños (excepto, quizá, en el trópico)."
No os perdáis el artículo completo. No tiene desperdicio en absoluto.

Aquí lo tenemos, poniendo su granito de arena:




Si deseais escuchar las ponencias y opinar vosotros mismos, podéis hacerlo en: http://www.eoi.es/mediateca/etiquetas/jornadasomg




Friday, December 2, 2011

Los "Productos Km0" y "Slow Food", solución a la crisis medioambiental y económica

Hay que apostar por los productos de Km0, que son aquellos que proceden desde no más de 100 km a la redonda. La visión y el entendimiento de los conceptos "Productos Km0" y "Slow Food" surgen como soluciones medioambientales y económicas a la crisis medioambiental y económicas que atravesamos, frutos a su vez del consumismo imperante.