Y llegó la lluvia
para mojarnos la piel y
secarnos las lágrimas.
Para llenar tu camino de reflejos, y
observar las nubes en el suelo.
Llegó la lluvia
para calmar el alma
escuchando una orquesta de gotas y arroparnos con un susurrar en las ventanas.
Y llegó la lluvia,
para que respire el sol,
miremos hacia dentro y
abramos los ojos.
Letra y foto: Lola Molina