Wednesday, July 20, 2022

Refugio


Por un momento el estruendo cesó, 
y morfeo me abrazó transportádome en la nube de la inconsciencia.
Las perseidas iluminaban la noche ácida de estelas verticales. El autillo de mis oídos ahora no parece foráneo de la noche y un gato en la lejanía ruega ser escuchado en su lamento solitario esperando que el alba no le encuentre.
El sol brilla en un cielo que la luna llenó de día. Y el beso rosado de una madre me promete que la luz traerá calor en una mañana de primavera. 

L. M. 
(Marzo 2022)

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